La vía del refús

Eugenio Barba

Resum

En 1938, en Moscú, se celebró el cuadragésimo aniversario del Teatro de Arte de Stanislavski. Hoy, podemos ver en la actitud de Stanislavski el ejemplo de cómo debe actuarse delante del primer secretario, delante de los militares de la ideología que sea. Pero, ¿qué es un teatro? En definitiva lo único que queda es el actor, sólo él es capaz de conducirnos hacia una experiencia diferente. Para llegar a esta situación es necesario transitar por un puente obligado, a través de una técnica,· es decir, de una particular utilización del cuerpo. Podemos hablar, pues, de bioescena. Stanislavski es famoso a principios de siglo, pero se siente insatisfecho porque todavía no posee el secreto del acto creador y se retira a un pueblecito de Finlandia; cuando vuelve a Moscú tiene ya el embrión de su «sistema». Si yo soy heredero de Stanislavski no es tanto por sus respuestas como por sus obsesiones. No me siento ligado a un lugar físico, a una entidad geográfica con unas tradiciones, sino al país de la velocidad. Lo primero que debe imponerse al actor es una autodisciplina. Katsuko Azuma es una de las colaboradoras del ISTA (International School of Theatre Antropology) y es maestra de danza clásica japonesa; contemplo a Katsuko y pienso: el actor debe afirmar con el hemisferio derecho del cerebro que él lo es todo, y sentir con el hemisferio izquierdo que no es nada. Lo que cuenta es el motor; puede tener muy buena voluntad, pero no avanzará si no tiene un buen motor. Debe aprenderse del maestro otra cosa, diferente de lo que él nos quiere enseñar.

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e-ISSN: 2385-362X | ISSN: 0212-3819